esperando desnuda atravesar el páramo de cualquier noche,
en un tren sin reposo, viajando en la penumbra.
Te veo fumando un cigarrillo negro,
altiva y desolada,
un bourbon con hielo en las manos,
como si entre tus piernas
el mundo no tuviera más valor
que el dolor de la carne
o la ausencia programada de un día de fiesta.


Suerte con los diablos, Fernando... aunque con poemas como este no la necesitas, desde luego. Enhorabuena. Recitar allí ya es un logro. Abrazos.
ResponderEliminarla mía será una ausencia programada también. Y no será por falta de ganas... Espero que vaya todo bonito. Un beso, Fernando.
ResponderEliminarSeguro que será un rotundo éxito. Otra vez más no podré estar: ¡eso tiene vivir en "las colonias"!
ResponderEliminarUn abrazo.
Suerte y disfruta, buena compañia, grato sitio, estupendos poemas para qué coño necesitas la suerte. Entrégate. qué pena no poder ir.
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