
Jardins de Luxemburgo, tu cuerpo tierra de castaños…
Oigo los pájaros en la frondosidad de la noche,
un muelle con pequeñas antorchas
cuando tú me nombras.
Los pasos traen sonidos del verano,
una corriente eléctrica de lluvia y relámpagos,
la oscuridad entre los árboles
y la piel mojada en el deseo de las sábanas
aunque sea un suelo de humus
y una canción que todavía nos atormenta.
palabras que muestran lo que fue intenso.... un abrazo.
ResponderEliminarComo dice, Marea@, muy intenso el recuerdo del pasado. Estos milagros y otros pueden ocurrir en los jardines de Luxemburgo...
ResponderEliminarNo creas que no te sigo la pista. Poco a poco tu poesía me ha ido convenciendo que eres un gran poeta, de esos que cultivan todos los campos con el mismo corazón.
ResponderEliminarUn abrazote.
Pronto nos vemos.
Entre los castaños mecidos por la lluvia, creció el amor. Abrazos.
ResponderEliminarLos dos últimos versos maravillosos...
ResponderEliminarMe encanta este poema tuyo.
Un beso.
Qué tu nombre haga la luz, o que la apague en momentos como esos.
ResponderEliminarUn abrazo!
(PD: va a ser chico!)
Un bello y nostálgico poema de otoño, es un remanso de paz leerlo y escuchar a la vez la preciosa canción que has elegido.
ResponderEliminarUn beso.
en el nombre existimos por laboca del que lo pronuncia
ResponderEliminarexquisitos versos
con olor a tierra
intensos y evocativos
beso