
Fue el instante,
tus ojos volvían de la sombra,
las hélices del viento
dejaban un reguero de hilos en las nubes
y tu pelo se incendió en las brasas rojas del atardecer.
Después, todo pasó,
nos hundimos con el mundo en la oscuridad
y nos dejó estremecidos
por el escalofrío que deja un último beso.
tus ojos volvían de la sombra,
las hélices del viento
dejaban un reguero de hilos en las nubes
y tu pelo se incendió en las brasas rojas del atardecer.
Después, todo pasó,
nos hundimos con el mundo en la oscuridad
y nos dejó estremecidos
por el escalofrío que deja un último beso.
Precioso como siempre y conmovedor. Un abrazo
ResponderEliminarFue el instante y fue la vida. Abrazos.
ResponderEliminar...y el escalofrío que deja leer este poema.
ResponderEliminarUn abrazo, no quiero perturbar ese último beso.
Difícil describir esos instantes memorables.
ResponderEliminarSobre todo en el caso de besos que saben a atardecer y despedida.
Un abrazo.
Todo pasa...
ResponderEliminarexcepto tremendo beso,
esos nunca se olvidan.
Linda composicion, un abrazo Fernando : )