Estoy tan lejos de ti
como Groenlandia lo está del Sahara,
y habito esos silencios
donde se derrumban las noches sin estrellas.
Todo es oscuro, negro,
y aunque nada tenga que ver contigo,
es certera esta huella de felino
que sin parar
me camina por dentro.
como Groenlandia lo está del Sahara,
y habito esos silencios
donde se derrumban las noches sin estrellas.
Todo es oscuro, negro,
y aunque nada tenga que ver contigo,
es certera esta huella de felino
que sin parar
me camina por dentro.
F
Habitar los silencios...en ellos encontramos tantas palabras no dichas.Un beso querido poeta
ResponderEliminarYa veeengo, en cinco minutos estoy a tu verita... si tú, piensas en mí. jajaja
ResponderEliminar"...es certera esta huella de felino
que sin parar
me camina por dentro". bestial.
un bes.
Siempre en busca de...
ResponderEliminarsiempre ese deseo de...
siempre ese querer algo más...
siempre... algo nos "camina por dentro" y nos atrae y nos empuja a seguir esa voz que nos habla a través de los silencios
inquietud y ansiedad reflejan los versos de este poema, Fernando
Besos
siempre se está todo lo lejos que se quiere estar
ResponderEliminarsaludos
Un beso felino, Pantera...
ResponderEliminarDesde mi retiro..
Esa lejanía que lastima y duele. Abrazos.
ResponderEliminarGroenlandia no me duele mucho, pero quién sabe si allí sí que hay duendes.
ResponderEliminarMe has hecho pensar en alguien, pero no viene a cuento.
Un (b)exo
Tiene razón el/la del anónimo, se puede estar más cerca estando uno en Groenlandia y otro en el Sahara, que los dos en una cama de 80.
ResponderEliminarMe recuerda la canción de Ricardo Arjona, Cómo duele.
Un montón de besos.
Estas lejos porque tu quieres,tanlejos como un toque de raton, las huellas del felino sin duda marcan lo suyo.
ResponderEliminarUn abrazo tan grande como tù
Un poema precioso. Muy buen detalle lo del felino y un agran fotografía. Seguiremos escuchando y habitando esos silencios...
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ResponderEliminarDistancias, silencios, oscuridades...
ResponderEliminarHay huellas de felinos tan certeras que por nada de eso dejan de caminarnos por dentro.
Un abrazo.