Ahora que estoy cercando la madrugada y lo nocturno me va dejando su resaca debo pedir perdón, me debo pedir perdón a mi mismo y a vosotros…
Es cierto que este fin de semana he despertado varios fantasmas menores de mi infancia pero he de reconocer que estando en el pueblo, se han acercado a mi, personas con las manos y la mirada limpia ofreciéndome su amistad, sólo quiero destacar a dos, los poetas que presentaron sus libros conmigo, ejeanos como yo, Fernando Gil y Miguel Ángel Longas.
Ahora bien, me emociona decir que he visto como el niño aquel que era yo, dejo una pequeña semilla de recuerdos en algunas personas que de la nada me han traído parte de su historia para enseñarme que yo también pertenezco a su memoria, a ellos debo darles las gracias más sinceras…toda la familia de Nacho Escuin, mi editor (poeta y amigo), sus abuelos entrañables que me han acogido en su casa y me han dado su cariño y sus tías que debieron casi jugar conmigo y se acuerdan todavía…las gracias más sinceras…esto es el lado bueno que me trae el alba.
...y un besito de buenos dias.
ResponderEliminarTe mereces este reconocimiento Fernando..
Me alegra leer esto...Es curioso como algunos rencores nos tapan los ojos.
ResponderEliminarSiempre (en todo lugar y momento hay de todo).
Después de todo, se puede viajar en el tiempo.
ResponderEliminarAbrazos
Volver a las raíces,conectar con el pasado desde el presente...pero caminar cada día en dirección al sol. Abrazos
ResponderEliminarEl alba siempre trae la luz, que nos ayuda a ver mejor todo lo que nos rodea. Un besazo.
ResponderEliminarMuchas veces los reencuentros nos caldean el alma y nos recuerdan que éramos (y otros eran) mucho mejor de lo que creíamos. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarEl contrapunto siempre ahí haciéndonos ver lo que valió la pena.
ResponderEliminarBesos
Alba
Que perdón ni que narices, no hay nada que perdonar. Quizás tomar ejemplo...
ResponderEliminar;)