La palabra.
Oquedad húmeda del alma,
transito de arenas rojas
glosando un ademán,
un gesto esquivo,
el lugar de donde se fue el viento,
un sendero de huellas
que traen a tu boca
todas las partículas
que te dejó la lluvia.
Oquedad húmeda del alma,
transito de arenas rojas
glosando un ademán,
un gesto esquivo,
el lugar de donde se fue el viento,
un sendero de huellas
que traen a tu boca
todas las partículas
que te dejó la lluvia.
Con estos poemas que ofreces
ResponderEliminaryo haría un libro donde crecen
la armonía de la palabra y silencios!
Fernando,eres mucho genio!
♥♥♥besos♥♥♥
Que foto más chula
ResponderEliminarQuien ve así la palabra, como tú, más encuentra plenitud que oquedades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bendita sea la palabra y ojalá se hiciera más uso de ella..
ResponderEliminarBesos cálidos
¡Qué vergüenza me da! Yo haciendo poemas sobre palabras cuando hay un maestro que, con mucho menos, dice mucho más...
ResponderEliminarLa palabra nos envuelve y nos atrapa para no dejarnos escapar
ResponderEliminarbesos
La palabra que se convierte en verso y resplandece bajo la lluvia. Abrazos.
ResponderEliminarHummm...el abrazo de las palabras. A ese abrazo no le tengo miedo, Fernando. Me encanta el poema.
ResponderEliminarBesos
Un sendero de huellas...
ResponderEliminarBesos
Alba