
Mis palabras te buscan
como si fueran dedos,
sus yemas,
en la ebriedad de la noche.
Llegan a ti,
agua marina,
y son versos como labios,
dagas y cuchillos
que hieren tu corazón
y se hacen humedad,
lluvia incansable
en tu piel estremecida.
No es sólo dolor,
acaso el viaje largo de una caricia
por las hendiduras de tu cuerpo
y por las profundas marismas de tu alma.
Mis palabras beben
del fuego enrojecido
de los crepúsculos,
y de un vino oscuro
que sabe fermentarse
en el regazo de tu vientre.
Hay un eco profundo que las hace crecer
y su aguardiente contamina tus venas respirándome.
Hay palabras que hacen del corazón una copa de aguardiente. Abrazos.
ResponderEliminarAh tus palabras alargadas
ResponderEliminarcomo hiedras enamoradas
como llamas que galopan
y queman lo que tocan!
♥♥♥besos♥♥♥
Palabras como dagas... y es que muchas veces, más duele lo que se dice que lo que se hace, aunque esto último sea más grave que lo expresado.
ResponderEliminarHermoso poema.
B.
Profundo poder de las palabras.
ResponderEliminarSuplen ventajosamente a menudo los contactos.
Un abrazo, amigo.
..............esos recuerdos vagan en mi memoria....falta hacen esas yemas en mi piel..y esas palabras llenas de fuego enrojecido...
ResponderEliminarUn beso ardiente Fer...
Tus poemas generan un eco que lo llena todo....
ResponderEliminarSi ese eco las hace crecer...sin duda no serán tan hirientes.
ResponderEliminarUn beso Fer.
Como las olas, Fernando, como las olas...
ResponderEliminarP.D. para Ybris: me alegra que sigas siendo parte de nosotros.
Besos a los dos.
Cuando las palabras llegan, cuando los versos besan, cuando las palabras pueden beber de ese otro cuerpo, de ese otro ser, entonces "Hay un eco profundo que las hace crecer" porque la vida crece en un camino cubierto de reciprocidad, de un existir compartido, de un sentir dado, de un sentir que se recibe.
ResponderEliminarBesos amigo.
Fluyen delicadamente.
ResponderEliminarun abrazo
Alba