
Gélido día de invierno
en cálida remembranza del ayer.
Volví temprano a casa
con caricias en las manos.
Con besos en los labios
y un mirar desnudo.
Y la llave fue rayó
en la cerradura hambrienta.
Pasos deliberados
en el caminar ansioso.
Despojo de ropas
frente al reflejo de mi rostro.
Y mi piel destellaba
Y mi carne trémula
Y tú cuerpo entre sabanas se estremecía
Y tus brazos me abrigaron
Y en un desliz de mi mirar,
La nieve ardía tras el cristal de nuestra ventana.
Ynarud
Un amor hecho deseo. Felicidades.
ResponderEliminarNo hay nada mejor que un cálido regreso después de un gélido día de invierno. Buen poema, Ynarud.
ResponderEliminarBesos, Fernando.
A veces, con poemas como éste, mejor es no decir nada...únicamente disfrutar de
ResponderEliminarél...un beso
Estoy con Sasian, lo mejor disfrutarlos. Besos.
ResponderEliminarqué bonita estampa...
ResponderEliminary la foto...
besos
Me justifiqué con los petardos inexistentes,
ResponderEliminarpero no dejé de estar en casa.
Un (b)eso...
cristal de nívea belleza
ResponderEliminar... para leer y disfrutar despacio
un abrazo
Qué bueno recordar el fresquito en estos días tórridos de principio de verano.
ResponderEliminarHermoso poema, qué mejor regreso.
ResponderEliminarun abrazo
Alba
Y en un desliz de mi mirar,
ResponderEliminarLa nieve ardía tras el cristal de nuestra ventana.
Que belleza es capaz de reflejar la pasión!!!
¡¡¡Hermoso poema!!!!